lunes, 19 de febrero de 2007

Moda me dejas...




Tras la pasarela Cibeles (no conduzcas, como diría nuestro admirado Ricky López), viene ahora la semana de la moda de Milán para hacer borrón y cuenta nueva. A mí de Milán me gustaban las de sabor a nata.


Una vez dicho esto paso a lo fundamental. Tengo a mi secretaria Mariloli como loca por renovarse el vestuario y no puede creerse las modelos que actualmente se exhiben: "Pero... ¿dónde tienen lo que hay que tener estas chicas?", dice con su gracia anclada en los sesenta. No todo está perdido. Milán se inaugura con Elena Miró y su "Curve-à-porter" (me encanta el concepto y el juego de palabras) y se acaban las tonterías. Llega la mujer-mujer y mi ego masculino hormonalmente salido se sale de sus casillas para decirle: "¡Así, así, así... maldita sea!"

Será porque es lunes o porque lo más crudo del crudo invierno está llegando a su fin, pero el calor invade mis mejillas y los mofletes de mis posaderas. ¡Posadera, traiga otra copa de vino que la paga el grumete Sebastián!

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