viernes, 23 de noviembre de 2007

Escultura del Papa Luna en Peñíscola





Diario LAS PROVINCIAS, 23/11/2007.

La obra realizada por el escultor bilbaíno Sergio Blanco (cantante de Mocedades, Sergio y Estíbaliz) reclama la recuperación histórica de la memoria del pontífice.


El Papa Luna recibe desde ayer a los visitantes a las puertas de su castillo de Peñíscola. Una monumental escultura de 700 kilos de peso, realizada en bronce, obra del escultor Sergio Blanco, ha quedado instalada a los pies de la fortaleza para reclamar la recuperación histórica de la memoria del pontífice.

Durante toda la jornada de ayer, numerosos turistas se apresuraron a retratarse junto al pontífice aprovechando su estancia en la ciudad. Las proporciones de la representación del Papa Luna, que pasó sus últimos días en la sede pontificia de la Ciudad en el Mar, suman 180 centímetros de altura y 190 de longitud, para los que se han utilizado 700 kilos de bronce.

El autor de la obra, Sergio Blanco, aseguró ayer durante el acto de inauguración del monumento, que ha vivido "un poco asustado todo el proceso, porque es una gran responsabilidad representar al Papa Luna". La inauguración de la escultura se ha producido dentro de los actos que conmemoran el 700 aniversario del castillo de Peñíscola.

El escultor explicó que ha querido plasmar en su rostro su "profundo" poder de convicción. "Tenía que hacer un rostro con un tremendo carácter y que mostrara la preocupación que, por motivos obvios, estaba sufriendo cuando vivía aquí".



Y es que la escultura del pontífice es un homenaje a los difíciles años que le tocó presidir en la historia de la Iglesia Católica y que coincidieron con su residencia en el castillo de Peñíscola. En pleno Cisma de Occidente y abandonado por todos, se trasladó a la fortaleza, que declaró sede papal, y en la que vivió hasta su muerte, en 1424.

"Los gestos de sus manos también pretenden reflejar la tensión del momento", añadió Blanco. "Así, la izquierda aparece crispada agarrando la casulla, pero la derecha intenta apaciguar y acoger a los que le rodean", apuntó.

La iconografía de la figura ha sido uno de los escollos con los que el escultor bilbaíno ha tenido que lidiar a la hora de modelar la escultura. "La tiara cónica de san Silvestre con la que se coronaba a los papas desapareció en un robo en el Vaticano y sólo se conservan algunas representaciones y descripciones de ella", explicó el autor. "La forma cónica podría llegar a satirizar la imagen y que pareciera David el Gnomo, situación que he resuelto dando una pequeña curvatura al modelado", concluyó.

Pero más allá del mero acto institucional de inauguración de la escultura, el evento se convirtió en una nueva excusa para reclamar la recuperación histórica de la memoria de la figura de Pedro de Luna.


La figura olvidada
Andrés Martínez, alcalde del municipio, y el presidente de la Diputación de Castellón, hicieron ayer un alegato acerca de la importancia del personaje durante su discurso oficial. De hecho, Carlos Fabra auguró "largas colas para recibir la bendición alegórica del emblemático pontífice".

El proyecto de la escultura del papa Luna nació durante una exposición que el escultor bilbaíno realizó en las salas del castillo hace algún tiempo. En aquella ocasión presentó el boceto que ha servido para representar a una de las figuras más emblemáticas de la historia de Peñíscola, pero también la más olvidada de la historia de la Iglesia Católica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario