lunes, 11 de mayo de 2009

¡¡Por fin!!



¡¡Ya era hora!! Gracias a la Ley de la Memoria Histórica (pese a ser tan descafeinada), Teruel se ha librado de otro peso fascista que todavía colgaba en su Ayuntamiento desde 1967: el título de alcalde honorífico (y ¡¡perpetuo!!) al dictador Francisco Franco. Hay que hacer constar que se ha aprobado por unanimidad (con el PP incluido, menos mal). Qué recuerdos de otros años, como cuando el busto de Franco en la Glorieta fue pintado día sí y día también de rojo. O como ese día en el que se arrancó del pedestal y se tiró por el viaducto... Ya no hemos vuelto a saber nada del busto. No sé si estará en algún almacén municipal o en la casa de algún nostálgico ultra. Algo parecido le ocurrió a otro busto del General Varela, que "presidía" un parquecillo en la ciudad jardín.

También se han cambiado algunos nombres de calles que todavía quedaban en la ciudad como homenaje al fascismo, como la del brutal represor del maquis general Pizarro (ahora de nuevo, Portal de Valencia). la calle Mártires de Teruel, que pasa a Calle Magisterio; la Ronda de la Liberación (eufemismo franquista), que pasa a ser Ronda 3 de abril (en recuerdo a la celebración del 30 aniversario de ayuntamientos democráticos); la calle Marcos Peña Royo, que pasa a ser Juez Villanueva...

No se asusten los turistas. Junto a la Torre mudéjar del Salvador verán que se mantiene (¡evidentemente!) la calle al Laureado García Esteban, popularmente conocida como calle del Pozo. Se quiso quitar y no cayeron en que el Laureado lo fué en 1928 por los hechos realizados por el turolense (de Báguena) en la guerra de África (1923).


Pero no todo fueron victorias. Todavía se debate sobre el nombre de la popular "plaza de la marquesa", hoy dedicada al obispo pro-franquista Fray Anselmo Polanco. Esa plaza llevó por nombre hasta 1938 el de la Plaza de la Libertad, como homenaje a los turolenses (la mayoría republicanos) dirigidos por Víctor Pruneda, que lucharon por ella tras los ataques de los carlistas en las célebres jornadas del verano de 1874. No se ha logrado que se recupere el nombre.

Para el PP hay cosas más importantes que el ir cambiando nombre a las calles. Se equivocan. Los símbolos son muy importantes. Realmente somos hombres simbólicos (hasta nuestro lenguaje es un conjunto articulado de símbolos). Por eso es importante, debe hacerse para simbolizar un cambio hacia la libertad y la democracia. Claro que el PP tiene conceptos (y símbolos) diferentes sobre estas cosas.

En fin. Poco a poco, poco a poco (me estoy volviendo loco).

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